CAUSAS
PROFUNDAS DE LAS ENFERMEDADES
Planteábamos
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aqui) de nuestro sitio, que es el conjunto de nuestros tres cuerpos
sutiles superiores (los de más alta frecuencia vibratoria) lo
que determina esa porción más elevada de nuestro ser.
Es también esta área de la esencia humana la que ha dado
origen a lo que hoy se conoce como la psicología transpersonal,
que también está avanzando firmemente en la aceptación
por parte de la comunidad de psicólogos, pero que aún
comprende una fracción muy reducida de ellos.
Es este Yo Esencial el que está relacionado con las viejas preguntas
filosóficas acerca de quiénes somos, de dónde venimos
y hacia dónde vamos. Es con este Yo Transpersonal con el que
se conectan los sujetos en un trance místico o en estados alterados
de conciencia especiales. Es un estado de conciencia expandido en que
se experimenta una gran sabiduría, una sensación de conexión
con todo lo creado ya sea otros seres humanos, flora, fauna, objetos,
etc. También se experimentan una paz, tranquilidad, felicidad
y amor indescriptibles.
La sabiduría de esta personalidad espiritual, busca influir para
que nuestra personalidad inferior avance y evolucione lo mejor posible
en este camino de crecimiento personal que está ligado a la superación
de nuestros bloqueos emocionales, defectos, malos hábitos y patrones
incorrectos en la estructura de nuestra personalidad .
Según
el Dr. Edward Bach, (redescubridor del poder terapéutico de las
esencias florales), el desencuentro entre los objetivos que persigue
estas personalidad superior y las decisiones erradas que adopta nuestra
personalidad inferior, es lo que determinan en gran medida la aparición
de enfermedades específicas en el ser humano.
Al
igual que los sueños las enfermedades representan mensajes simbólicos,
a través de los cuales nuestro Yo Esencial o Transpersonal nos
alerta y nos llama la atención para que nos demos cuenta de que
ha llegado el momento de que tenemos que hacer cambios radicales en
nuestras vidas, precisamente en estas conductas y hábitos que
son contrarios a nuestro crecimiento espiritual
Pero así como no es fácil interpretar nuestros sueños,
tampoco es fácil entender qué nos quiere decir el tipo
de enfermedad que estamos experimentando. (Sugerimos como una valiosa
ayuda en este aspecto el libro de Louise L. Hay " Sana tu cuerpo")
Desde este punto de vista cobra un gran significado la ubicación
de la dolencia dentro del cuerpo, su cronicidad, su intensidad, su duración
y su aparición en ocasiones después de un evento traumático.
Para descifrar estos mensajes simbólicos de la enfermedad nos
damos cuenta entonces que el paciente requiere de mucha ayuda, porque
además no se percata que ha sido él mismo quien ha propiciado
la aparición de su enfermedad y por otra parte para complicar
más las cosas, su personalidad inferior, sus egos, su estructura
de personalidad, su coraza defensiva, por naturaleza se resisten tremendamente
a los cambios.
Es increíble comprobar como muchos pacientes en el fondo, subconscientemente
no quieren sanarse, prefieren ganancias secundarias como el inspirar
lástima, llamar la atención, inducir el amor de sus parientes
y cercanos, o pagar culpas auto asumidas y muchas veces irreales, porque
esto les resulta más fácil y más cómodo.
Les es mucho más difícil e incómodo aceptar el
desafío de empezar a corregir sus actitudes incorrectas o inadecuadas.
Decíamos entonces que para vencer estas dificultades intrínsecas
de la condición humana, el paciente requiere mucha ayuda al tiempo
que necesita estar informado de esta realidad para poder desarrollar
una voluntad adecuada y poner lo necesario de su parte para poder revertir
sus enfermedades.
Dentro de la ayuda que todo paciente debiera recibir, necesitaríamos
que los médicos además de concentrarse en temas exclusivos
de sus especialidades, tuvieran un manejo mínimo de una psicología
básica que contemple estos aspectos citados, y de los temas bioenergéticos
de fondo que subyacen en toda enfermedad.
Ojalá a futuro tuviéramos médicos informados en
todos estos decisivos factores, que idealmente también supieran
trabajar en equipo, por ejemplo, con psicólogos transpersonales
y terapeutas energéticos para llegar a una verdadera sanación
de los casos graves.
Nos referimos especialmente a los psicólogos transpersonales
porque tal como citamos, es la Psicología Transpersonal la que
ha logrado llegar a estas realidades más profundas de la esencia
humana. Desgraciadamente la Psicología Transpersonal al igual
que las terapias alternativas todavía no son bien comprendidas,
ni aceptadas por la gran mayoría de la comunidad académica.
Son más difundidas las modalidades de la psicología psicoanalítica,
cognoscitiva, conductista, etc.
Es por esto que saludamos con gran satisfacción y reconocimiento
a la valentía de los directivos académicos de la Universidad
del Pacífico, que han creado una carrera de Psicología
con especialización en Psicología Transpersonal. Pensamos
que hay aquí un progreso adelantado a su época que es
lo que demandan los tiempos especiales que vivimos.
A partir de lo anterior es que se vislumbra el gran problema de la medicina
convencional. Se ha acostumbrado al paciente a que por el dinero que
cancela a su médico, éste debe recetarle ciertas píldoras
mágicas que terminen con su enfermedad, idealmente y en lo posible
con el menor esfuerzo o incomodidad de su parte.
El paciente entonces transfiere toda responsabilidad al médico
y no se hace cargo, pues el sólo es una "víctima"
de su dolencia. El médico debe ser, pues, el único encargado
y responsable de su sanidad, para eso ha estudiado en la Universidad
y para eso se le paga.
El problema con este criterio es que el paciente no se percata del mensaje
que hay detrás de cada enfermedad. Luego no se responsabiliza
ni asume la necesidad de cambio que se requiere para aprender la lección
y poder sanar.
A partir de esta situación en que el paciente no llega al meollo
de su problema, es que muchas enfermedades se hacen crónicas
y se perpetúan en el tiempo.
Es aquí donde observamos las graves falencias del actual sistema
de la medicina convencional. Cuando observamos la gran cantidad de enfermedades
como el reumatismo, esclerosis múltiple, cáncer, SIDA,
o enfermedades mentales como la esquizofrenia, las depresiones bipolares,
las crisis de pánico, etc., donde la medicina muchas veces proporciona
solamente un alivio farmacológico pero pocas veces se llega a
revertir el problema.
Queremos sin embargo dejar en claro que las críticas que hacemos
al actual sistema pretenden ser lo más constructivas posibles.
Destacamos también, por otro lado, todos los avances que la medicina
ha tenido en distintas áreas, como por ejemplo, en las reparaciones
quirúrgicas de los órganos afectados en distintas especialidades.
La cirugía muchas veces representa la única posibilidad
de salvar la vida a un paciente, y en esto ha habido un gran perfeccionamiento.
Como profesionales de la salud alternativa, en caso de sufrir un accidente
nos gustaría que nos llevaran rápidamente a un centro
de atención de urgencia, en lo posible incluida la UTI, y no
donde un terapeuta alternativo, por supuesto.
La fertilización in vitro, los trasplantes, los implantes, los
antibióticos, los avances en los instrumentos médicos
de diagnóstico, los perfiles bioquímicos, la resonancia
magnética, y muchos otros adelantos han permitido remediar problemas
y prolongar el índice de vida media de las personas. El inconveniente
es que esto no siempre está aparejado con el índice de
calidad de esta vida, lo que se resiente especialmente en enfermedades
de evolución lenta donde hay sólo paliativos.
Es en este ámbito donde las mal llamadas medicinas alternativas,
tienen que entenderse como complementarias, y darnos cuenta del aporte
trascendental que pueden hacer para llegar a niveles de sanación
más profundos y duraderos. También es importante percatarnos
de la utilidad que tienen en el área de lo que se ha dado en
llamar medicina preventiva, es decir favoreciendo condiciones saludables
que impidan llegar a la forzosa necesidad de las intervenciones quirúrgicas.
Tenemos
que comprender que lo decisivo en el proceso de recuperar nuestra salud,
es cuando se activan las capacidades autocurativas que todos tenemos
a niveles muy profundos: podríamos denominar esto como la activación
de nuestros "sanadores internos"
Es así que en muchos casos donde la enfermedad es de mediana
intensidad, leve o incipiente, basta con el mecanismo tradicional de
la medicina, en que el paciente llega esperanzado ante el médico
al cual él ha puesto en un sitial privilegiado, y en quien confía
como su gran salvador. Luego este profesional le receta unos medicamentos
estupendos que además le alivian rápidamente sus síntomas
molestos. En muchos casos y como decíamos cuando el problema
es leve, esto es suficiente para que se despierten en este paciente
sus mecanismos autocurativos, sus sanadores internos, y recupere así
totalmente su salud. Vemos aquí operando un mecanismo de placebo
y sugestión que actúan a nivel del subconsciente del enfermo
y logran su objetivo.
Sin embargo desgraciadamente también nos encontramos con muchísimos
casos en que el problema es más grave, porque hay traumas psicológicos
más profundos, o hay actitudes erróneas que deben ser
cambiadas, y aquí entonces el mecanismo de la píldora
mágica no da resultado y la enfermedad se vuelve crónica.
Ocurre luego el agravante de que al insistir el médico en suministrar
los fármacos que él cree que son los que curan, se van
acumulando las toxinas y los efectos secundarios de estos medicamentos,
que por ser químicamente sintéticos, van a contrapelo
de la química normal, natural y equilibrada del metabolismo de
las células humanas.
Este organismo humano es una máquina tan maravillosa y compleja,
y además está movida por una inteligencia tan formidable
que se defiende de estas toxinas y venenos con gran habilidad. Así
se explica como resistimos por años, el cigarro, las drogas,
los medicamentos, los psicofármacos, el alcohol, la contaminación
del aire, del agua y la comida, etc. Pero más temprano que tarde,
los efectos secundarios de estos remedios y sustancias químicas,
se hacen notar agravando el problema de salud original hasta llegar
a intoxicaciones medicamentosas severas que colapsan a los órganos
encargados de la limpieza y desintoxicación como el hígado,
los riñones y el sistema linfático. Se propicia de este
modo llegar a instancias mucho más graves que pueden derivar
en desenlaces fatales a temprana edad.
Es así como hay estudios estadísticos que muestran que
los efecto colaterales de medicamentos son, a lo menos, la cuarta razón
de muerte en los Estados Unidos, y podemos extrapolar esto a muchos
otros países del mundo. Los pacientes muchas veces comienzan
a tomar medicamentos para sanar enfermedades originadas por medicamentos
anteriores. Nos encontramos así con un círculo vicioso
y con una industria farmacéutica, que profita excesivamente de
la enfermedad humana y a la cual, desde esa perspectiva, no le conviene
la salud.
Resumiendo,
hemos destacado en esta página la importancia crucial que tiene
el hecho de que sea el mismo paciente quien tome conciencia del orígen
psicológico y emocional profundo de sus enfermedades, y de la
necesidad de cambios radicales en su conducta y visión de la
vida. Sin esto cualquier mejoría se complica.
Luego de iniciar este arduo proceso el paciente tiene que ser ayudado
en la recuperación de su salud física también con
otros recursos que la naturaleza le provee.
Todavía no hemos llegado a valorar suficientemente la inteligencia
curativa que subyace en muchos sistemas naturales de salud.
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