©
Richard Walters (Extraído de "Opciones: El libro de las
terapias alternativas contra el cáncer ").
Centro Ohani agradece al autor Richard Walters
y a Axel Makaroff
(http://www.axel.org.ar) por hacernos llegar esta esclarecedora información.
Este
año, un millón de americanos se enterarán de
que padecen cáncer. Aproximadamente dos de
cada tres pacientes de cáncer morirán
a causa de esta enfermedad (o a causa de la terapia empleada) en el
transcurso de cinco años desde su diagnóstico. Mientras
los medios de comunicación periódicamente anuncian grandes
descubrimientos en relación al cáncer ,
las curas se dan principalmente en los anuncios de la prensa. La guerra
contra el cáncer " ha resultado ser un
fracaso colosal a pesar de los cientos de miles millones de dólares
invertidos en investigación y tratamiento.
Los
tres métodos comprobados para el tratamiento del cáncer
- la quimioterapia, la radiación, y la cirugía
- pueden en realidad acortar la vida del paciente en muchos casos.
Todos estos tratamientos son invasivos, tienen efectos colaterales
devastadores, y solo tratan los síntomas. Todos ellos pueden
ocasionar la expansión del cáncer
o bien su reincidencia. Si bien estos métodos, perjudiciales
para la inmunidad del cuerpo, a veces pueden ser necesarios, sus resultados
exitosos se han limitado principalmente a formas relativamente raras
de cáncer o a las fases tempranas de la enfermedad.
Para la mayoría de los cánceres en
los adultos, las terapias ortodoxas virtualmente no resultan curativas,
aunque pueden de alguna manera alargar el tiempo de vida. En el caso
de muchos pacientes, las terapias normales acortan el tiempo de vida:
"La mayoría de los pacientes de cáncer
en este país muere a causa de la quimioterapia",
comenta el Dr. Alan Levin de la Facultad de Medicina de la Universidad
de California. "La quimioterapia no elimina el cáncer
de mama, colon, o pulmón. Este hecho ha sido documentado
durante más de una década .... existen mayores probabilidades
de que las mujeres que padecen cáncer de
pecho mueran más rápidamente con la quimioterapia que
sin ella". 1
Sólo
entre 2 y 3 por ciento del casi medio millón de americanos
diagnosticados con cáncer cada año son salvados por
la quimioterapia, según el Dr. John Cairns de la Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Harvard.2 A pesar de ello,
más de la mitad del total de los pacientes enfermos de cáncer
habitualmente recibe drogas para el tratamiento con quimioterapia
las cuales pueden reducir las posibilidades de supervivencia del paciente.
Todas las drogas empleadas en la quimioterapia son tóxicas
y muchas de ellas son cancerígenas, es decir que pueden producir
cáncer . El uso desmedido de la quimioterapia, un negocio que
deja aproximadamente alrededor de $750 millones anuales con la venta
de drogas solamente, constituye un escándalo nacional.
Desilusionados
con los tratamientos normales contra el cáncer , los cuales
a menudo tienen efectos colaterales devastadores y generalmente cuestan
alrededor de $30.000 o más, miles de pacientes están
volviendo a las terapias no tóxicas o alternativas. Frecuentemente
llamadas complementarias, no ortodoxas, o no convencionales, estas
terapias incluyen métodos nutritivos, con hierbas, metabólicos,
fortalecedores del sistema inmunológico, biológicos,
farmacológicos no tóxicos, además de los métodos
psicológico-conductuales. Si bien las terapias alternativas
son muy variadas, todas ellas están arraigadas en la idea de
que un cuerpo verdaderamente saludable no ha de desarrollar cáncer .
Los médicos alternativos creen que la causa del cáncer
se encuentra a menudo en la alteración del sistema inmunológico
o en un desequilibrio corporal que permite que el tumor se desarrolle.
Las
terapias alternativas comparten ciertos rasgos comunes. Son relativamente
poco tóxicas, a diferencia de la quimioterapia y la radiación,
que destruyen a las células normales. Estas terapias apuntan
a limpiar el cuerpo, estimular sus defensas naturales y su capacidad
para destruir tumores. Poseen niveles de seguridad relativamente altos
en comparación con los tratamientos ortodoxos. Muchas o la
mayoría de las terapias alternativas combinan dietas especiales;
complementos vitamínicos, minerales, y enzimas; desintoxicación;
oxigenación; estimulación inmunológica; y regímenes
psicológicos o espirituales para promover una curación
gradual.
Para
los médicos tradicionales, el cáncer es una enfermedad
localizada, que debe ser tratada de manera también localizada.
Cortando el tumor, irradiándolo, o invadiendo el cuerpo con
drogas tóxicas (y a menudo cancerígenas), el médico
ortodoxo busca destruir el tumor y así salvar al paciente.
Pero la mayoría de las veces, el cáncer sigue presente
y ha desarrollado metástasis (es decir, se ha extendido a otra
parte del cuerpo). El método convencional, la alopatía,
con toda su parafernalia de alta tecnología, se basa en una
filosofía médica primitiva: ataca a la enfermedad "enemiga"
de manera agresiva. A menudo, el paciente resulta devastado durante
el proceso, mientras que el cáncer y sus causas subyascentes
permanecen.
Por
el contrario, el médico alternativo considera al cáncer
como una enfermedad sistémica, la cual involucra al cuerpo
entero. Desde este punto de vista, el tumor es meramente un síntoma
y la terapia apunta a corregir las causas desde la raíz. En
lugar de atacar al tumor de manera agresiva, muchas terapias alternativas
se centran en la reconstrucción de la inmunidad natural del
cuerpo y el fortalecimiento de su habilidad inherente para destruir
las células del cáncer . Varias terapias alternativas
también incluyen medidas naturales para atacar directamente
y destruir al tumor, ya sea mediante hierbas, enzimas, u otros medios.
Muchos pacientes de cáncer considerados "terminales"
o "desahuciados" por sus médicos convencionales comenzaron
a usar terapias alternativas, se recuperaron totalmente, y viven bien
cinco, diez, veinte años, o más después de recibir
sus fatales diagnósticos. Otros pacientes que siguen protocolos
alternativos experimentan tiempos de sobrevida prolongados, alivio
del dolor y el sufrimiento. Las terapias alternativas contra el cáncer
no resultan efectivas en todos lo casos, muchos mueren. No existen
soluciones mágicas, no hay garantías. Desafortunadamente
no hay estadísticas confiables acerca de los resultados obtenidos
a través de los tratamientos alternativos. Algunas de las terapias
funcionan durante algún tiempo para algunas personas.
El
establishment médico ignora la existencia de estos sobrevivientes
del cáncer o bien los rechaza por considerarlos "evidencia
anecdótica". Otro ardid del establishment es afirmar que
las personas que se curaron mediante las terapias alternativas en
realidad se recuperaron mágicamente debido al tratamiento previo
- aunque la quimioterapia tóxica o la radiación inmuno-destructora
administrada meses o años más antes no haya tenido absolutamente
ningún efecto en el retardo de la enfermedad de rápido
avance o con metástasis.
Otra
táctica favorita del establishment es decir que los pacientes
de cáncer que fueron curados a través
de las terapias alternativas simplemente sufrieron "remisiones
espontáneas". Ésta es la jerga médica usada
para justificar la "recuperación inexplicable", una
hoja de higuera para cubrir la ignorancia de los médicos que
no pueden explicar lo sucedido. En realidad no existe tal remisión
espontánea, como muchos médicos reconocen. Siempre debe
haber una causa o mecanismo para la regresión aparentemente
espontánea del tumor.3 El estudio más abarcativo jamás
realizado acerca de la remisión espontánea de cánceres
avanzados dio un insignificante total de 176 casos en la
literatura médica mundial comprendida entre los años
1900 y 1965. Esto significa que las probabilidades de que un médico
encuentre varias remisiones espontáneas en su vida son prácticamente
nulas.4 Sin embargo, hay médicos alternativos que cuentan con
centenares de las denominadas remisiones espontáneas de cáncer
avanzado en su haber.
Después
de analizar 200 casos de la denominada regresión espontánea
del cáncer , el profesor canadiense y doctor en medicina Harold
Foster, encontró en 1988 que la gran mayoría de estas
personas (88 por ciento) había hecho importantes modificaciones
alimentarias, generalmente se habían volcado a una dieta estrictamente
vegetariana y evitaban las harinas blancas, azúcar, y alimentos
en conserva o congelados - antes de que se produjera la regresión
dramática o remisión completa del tumor.5 La mayoría
de estos pacientes también usó complementos vitamínicos,
minerales, y suplementos de hierbas además de métodos
de desintoxicación. Todos éstos son rasgos prominentes
en algunas de las terapias alternativas contra el cáncer mencionadas
en este libro.
El
cáncer es un enigma biológico. No existe un acuerdo
unánime acerca de qué es lo que hace que las células
crezcan anormalmente, se multipliquen de manera interminable, desenfrenada.
Podrían existir muchas maneras válidas diferentes de
tratar el cáncer . Según Michael Evers, director ejecutivo
del proyecto CURE, existen enfoques serios, con basamento científico,
para el tratamiento del cáncer que no entran en el modelo tradicional.
Nosotros no estamos hablando de medicina de charlatanería médica
ni de curanderos." Como grupo dedicado a la defensa del paciente,
el Proyecto CURE respalda "un sistema médico pluralista"
que permita a los pacientes acceder a las terapias no tóxicas
contra el cáncer como parte de la práctica médica
normal. La mayoría de los americanos, según parece,
apoyan este objetivo. En septiembre de 1985 una encuesta nacional
general realizada por la prensa y los medios de comunicación
reveló que la mitad de los americanos cree que se debe permitir
el funcionamiento de clínicas oncológicas alternativas
en Estados Unidos, incluso cuando los tratamientos que ellos ofrecen
se opongan al establishment de la medicina ortodoxa. Más de
la mitad de los encuestados dijeron que elegirían dicho tratamiento
ellos mismos si se les diagnosticara un cáncer .
A
pesar del apoyo del público y el creciente interés por
los métodos alternativos no tóxicos, no invasivos, el
establishment médico ha emprendido una feroz campaña
contra estas terapias, rotulándolas de charlatanería.
Se le ha puesto candado a los centros de tratamiento. Se ha enviado
a la cárcel a los médicos que indicaban tratamientos
basados en la nutrición o que empleaban hierbas. Los médicos
responsables que verbalmente han apoyado o empleado terapias alternativas
han sido despedidos, degradados, aislados o se les han revocado sus
licencias. Mientras la medicina oficial suprime o frustra aquellas
alternativas prometedoras, destina miles de millones de dólares
para las investigaciones que apoyan a la quimioterapia, la radiación,
y la cirugía como armas principales en la guerra contra el
cáncer ." Esa guerra ha sido un fracaso total ya que no
ha logrado retardar la mortalidad. La mortalidad global a causa del
cáncer , según la edad, se ha incrementado un 5 por ciento
desde el comienzo de la guerra contra esta enfermedad.
"Todos
debemos saber que 'la guerra contra el cáncer '
es un gran fraude", escribió el Dr. Linus Pauling, dos
veces ganador del Premio Nobel. Otro ganador de este premio, el Dr.
James Watson, el co-descubridor de la doble hélice del ADN,
fue más terminante. Watson perteneció durante dos años
al Comité Asesor Nacional sobre cáncer .
En 1975 se le consultó cuál era su opinión sobre
el Programa Nacional contra el cáncer , y
él contestó rápidamente, "es una mierda".
6 La tasa de mortalidad para los cánceres
más comunes, cáncer de pulmón,
colon, pecho, próstata, páncreas, y ovarios, ha seguido
igual o se ha incrementado en los últimos cincuenta años.
Como se mencionara en la revista Business Week publicada el 22 de
septiembre de 1986 "La cirugía, la radiación, y
las drogas altamente tóxicas tienden todas a fracasar por una
razón verdaderamente simple: un tumor del tamaño de
un dedo pulgar contiene mil millones de células malignas. Aunque
el tratamiento eliminara el 99.9% de ellas, un millón de células
permanecerán y volverán a reproducirse."
Se
puede vivir mucho tiempo más sin necesidad de someterse a ningún
tratamiento convencional. Ésa era la conclusión del
fallecido Dr. Hardin Jones, profesor de física médica
en la Universidad de California Berkeley. Después de analizar
cuidadosamente las estadísticas de supervivencia al cáncer
durante veinticinco años, Jones dijo en una reunión
de la Sociedad Americana del cáncer realizada en 1969 que los
pacientes sin tratamiento no mueren antes que los pacientes que reciben
tratamientos ortodoxos, y en muchos casos viven más tiempo.7
Tres estudios realizados por otros investigadores apoyan esta conclusión
negativa que nunca ha sido refutada.
Los
mitos en torno a las terapias alternativas contra el cáncer
Muchos
mitos y conceptos erróneos rodean a las terapias alternativas
contra el cáncer . A continuación intentaremos clarificar
los más comunes.
Mito
#1: Todas las terapias alternativas contra el cáncer no tienen
sentido.
Ésta
es la posición oficial de la "industria del cáncer
" que factura $80 mil millones al año y que está
íntimamente asociada a las terapias ortodoxas. Pero los hechos
cuentan una historia muy diferente. Los pacientes con cánceres
avanzados, con metástasis, considerados médicamente
como incurables por sus médicos convencionales, han revertido
sus enfermedades mediante el uso de terapias alternativas y en la
actualidad están totalmente curados. Son muchos más
los pacientes que han podido al menos mantener sus cánceres
bajo control y llevar vidas activas y productivas a través
de terapias no tóxicas. Algunos médicos alternativos
han reunido evidencia clínica, que incluye estudios y casos
cuidadosamente documentados, para demostrar la seguridad y efectividad
de sus métodos. Esta evidencia es habitualmente rechazada por
la ortodoxia médica argumentando que no cumple con determinados
criterios, tales como pruebas controladas dobles (en las que a la
mitad de los pacientes no se les administra el tratamiento en cuestión).
Estas
curas no significan que todos los métodos no convencionales
funcionen. Algunos pueden ser ineficaces o fraudulentos. "La
mayoría de las terapias alternativas son casi totalmente inútiles,
al igual que las terapias convencionales", dice Patrick McGrady,
Jr., fundador de CANHELP.
Las
estimaciones de los índices de éxito con las terapias
alternativas varían ampliamente. Lo que funciona para un paciente
o tipo de cáncer puede fracasar con otro que tenga el mismo
o un tipo de mal diferente. El defensor de la salud holística
Gary Null, quién dedicó años a la investigación
de las clínicas alternativas y a la entrevista de pacientes,
sostiene que los índices de éxito han pasado "del
2 al 20 por ciento" en los casos de cáncer terminal. Algunos
médicos alternativos exageran sus resultados, con índices
de remisión en 5 años del 60% o más. Patrick
McGrady es escéptico ante tales afirmaciones. "Sería
bueno, si fuera verdad."
"Mi
impresión subjetiva, dice Ralph Moss, editor del boletín
The Cancer Chronicles, "es una tasa de remisión en 5 años
entre el 4% y 5% básica en todas las clínicas alternativas.
De esta manera la cifra sube con casos menos severos. Si yo encontrara
una tasa de remisión en 5 años del 20% sería
realmente genial." De todos modos Moss siente que este índice
de éxito es altamente significativo. "Después de
todo, no se supone que estas terapias curen, según la medicina
ortodoxa". Señala que la oportunidad para la recuperación
en muchos pacientes se ha visto socavada por la radiación y
la quimioterapia previas, las cuales pueden dañar severamente
la respuesta inmunológica y el normal funcionamiento del cuerpo.
Mito
#2: Los terapeutas oncológicos alternativos son charlatanes
inescrupulosos, sin licencia ni capacitación en medicina, e
interesados en hacer dinero fácil.
Este
estereotipo se puede aplicar a algunos médicos. Sin embargo,
con demasiada frecuencia, se mete en la misma bolsa a todos los médicos
y terapeutas que trabajan más allá de los límites
de la medicina convencional. La realidad es justamente todo lo contrario.
En
un estudio realizado en 1984 en los Anales de Medicina Interna, Barrie
Cassileth, Ph.D., y sus colegas investigadores hallaron que 60 por
ciento de los 138 médicos oncológicos alternativos investigados
eran doctores en medicina. Del 40 por ciento restante, muchos tenían
doctorados en biología, química, y otras ciencias relacionadas
además de una extensa trayectoria en investigación.8
La
Sociedad Americana del cáncer (ACS) lleva un compendio de "Métodos
no comprobados contra el cáncer " el cual funciona como
la herramienta principal del establishment oncológico para
rotular a las terapias alternativas como pseudociencia. Para la ACS
"no comprobado" significa "refutado". Además
de esto, la declaración de los jueces de la ACS según
los cuales "no existe ninguna evidencia aceptable" para
una terapia particular, generalmente se suma a una completa desestimación
de los datos que la sustentan.9 La inclusión del nombre del
médico y la terapia empleada en esta desafortunada lista negra
oficial conduce a la pérdida de fondos, a una repentina imposibilidad
de conseguir la publicación de artículos, al rechazo
de aplicaciones de ensayo, y al acoso de la Administración
de Drogas y Alimentos (FDA), cuando no, a la cárcel. La lista
negra de la ACS "se parece a las listas de las 'organizaciones
subversivas' alguna vez mantenidas por el "House Un-American
Activities Committee", observa Ralph Moss en su dura exposición,
La Industria del cáncer (ver el Apéndice A). "El
simple hecho de incluir el nombre de un científico en la lista
tiene el efecto de condenar su trabajo y ponerle la etiqueta de charlatán
a él y a sus esfuerzos". 10
El
análisis realizado por Moss sobre los terapeutas no ortodoxos
cuyos nombres aparecen en la lista de Métodos No Demostrados
de la ACS revela que el 65 por ciento de ellos eran Doctores en Medicina,
muchos egresados de prestigiosas facultades de medicina; un 13 por
ciento adicional tenía Doctorados (PH.D.) en disciplinas médicas
o científicas.
"Varios
de los científicos en las listas de Métodos No Demostrados
de la ACS eran sin duda personas de genio", observa el escritor
de ciencias Robert Houston.11. Entre los ejemplos que él cita
se encuentra Max Gerson, Doctor en Medicina cuyo tratamiento del cáncer
a través de dietas se anticipó a muchas de las tendencias
de investigación actuales. Gerson fue aclamado por el Premio
Nobel Dr. Alberto Schweitzer quien escribió "veo en él
a uno de los genios médicos más eminentes en la historia
de la medicina."
Estos
médicos difícilmente encajen en la imagen de vendedores
de aceite de serpiente.
Mito
#3: Los Pacientes que buscan terapias alternativas están guiados
por la desesperación. Son ignorantes, incautos o ambas cosas.
Contrariamente
a este estereotipo, estudios recientes han demostrado que las terapias
alternativas contra el cáncer son más populares entre
pacientes opulentos, con un buen nivel de educación, y que
sorprendentemente tienen el respaldo de algunos médicos convencionales.
"Se ha explotado el estereotipo de las personas menos educadas,
pobres que sucumben a los señuelos de la charlatanería",
decía el Dr. LaMar McGinnis en una conferencia organizada por
la Sociedad Americana contra el cáncer en San Francisco en
1990. McGinnis, ex-presidente del Comité sobre Métodos
No Demostrados de la CAS y no muy amigo de los tratamientos alternativos,
basó sus comentarios en un estudio no publicado por la CAS
sobre un total de 5.047 pacientes.
"Muchos
pacientes que reciben atención alternativa no cumplen con el
estereotipo tradicional carente de educación, enfermos terminales
que han agotado todos los tratamientos convencionales", escribía
Barrie Cassileth en su estudio que marcó un hito en 1984 (ver
Mito #2). Ella observó que los pacientes de cáncer tratados
con terapias alternativas contaban con un nivel de educación
significativamente más alto que los pacientes sometidos exclusivamente
a tratamientos convencionales. Muchos fueron atraídos a las
terapias alternativas enfatizando la responsabilidad personal, la
nutrición y el apartamiento de lo que los pacientes consideraban
deficiencias de la atención médica ortodoxa. La mayoría
de los pacientes pagó menos de $1.000 por el primer año
de tratamiento alternativo. Incluso, teniendo en cuenta la inflación
y las fuertes variaciones en los honorarios, estos gastos resultan
modestos comparados con los $2.500 diarios que demanda el establishment
médico por sus procedimientos invasivos. Cassileth también
observó que la terapia alternativa era realmente aceptada por
los médicos de cabecera de los pacientes en un 30 por ciento
de las veces.
Mito
#4: Las terapias alternativas contra el cáncer no han sido
"demostradas", por consiguiente no son comprobadas ni científicas.
La
Sociedad Americana contra el cáncer tiene setenta y dos terapias
alternativas contra el cáncer en su lista de Métodos
No Demostrados. En su revelador análisis de la lista negra
de la ACS, Ralph Moss advierte que para el 44 por ciento de estas
terapias condenadas, la ACS o ninguna otra agencia había realizado
investigación alguna. En otro 11 por ciento, las investigaciones
habían arrojado resultados positivos. En un 16 por ciento se
habían obtenido resultados inconclusos. Y para el 29 por ciento
restante, los jueces de la ACS habían determinado que los métodos
en cuestión eran ineficaces, teniendo en cuenta que, como lo
indicaba Moss, "Virtualmente todos los jueces de la ACS son médicos
ortodoxos con intereses creados en el sistema. Para hacer sus valoraciones,
ellos se basan en informes de segunda o tercera mano como es el caso
de artículos de revistas y asociaciones médicas extranjeras".
La
Hipertermia, o la terapia con calor, alguna vez considerada como un
"remedio inútil" y "chapucero" por la ACS,
fue eliminada años después de la lista de Métodos
No Demostrados. En la actualidad, la hipertermia está siendo
sometida a ensayo en los principales centros médicos; ha sido
avalada por algunos médicos oncólogos como la quinta
modalidad de tratamiento contra el cáncer después de
la cirugía, la radiación, las drogas, y la inmunoterapia.
Éste es el mismo método que la ACS desterró en
1967.
Otros
cuatro tratamientos no ortodoxos contra el cáncer alguna vez
estigmatizados por su inclusión en la lista negra de la ACS
fueron posteriormente eliminados de la misma: el sulfato de hidrazina,
la terapia de Coley, la terapia de Lincoln, y la terapia de Inmunidad
Natural de Hendricks. Su "rehabilitación" al estilo
Stalinista se produjo a través de la presión de investigadores
e instituciones prestigiosas con un profundo interés en la
exploración de estos métodos.
Estos
ejemplos demuestran el prejuicio construido dentro del sistema no
científico de la ACS, el cual tiene como principal objetivo
la protección de los intereses monetarios de la quimioterapia,
la radiación, y la cirugía. Es necesario tener una mente
abierta a todas las opciones disponibles.
El
Mito de las Terapias "Demostradas"
La
mayoría de las prácticas cotidianas en la medicina moderna
no están demostradas si nos guiamos por las mismas normas impuestas
por el gobierno. En 1978, la Oficina de Evaluación Tecnológica
(OTA), un brazo del Congreso de Estados Unidos, emitió un informe
sobre una importante investigación en el que se llegaba a la
conclusión de que "sólo entre el 10 y el 20 por
ciento de todos los procedimientos actualmente empleados en las prácticas
médicas han demostrado, a través de ensayos controlados,
ser eficaces. En otras palabras, entre el 80 y el 90 por ciento de
lo que los médicos aplican son conjeturas no comprobadas científicamente.
Gracias a esta definición sustentada por el gobierno, la mayor
parte de la medicina moderna debería considerarse chapucería.
12
La
quimioterapia y la radiación, dos de los tres principales métodos
comprobados para el tratamiento del cáncer , aparentemente entran
dentro de la definición de la OTA como métodos no demostrados,
charlatanería potencialmente peligrosa, por lo menos en gran
parte de su uso actual en los Estados Unidos. La quimioterapia, la
radiación, y la cirugía son todas nocivas para el cuerpo
así como para el tumor y todas éstas causan sufrimiento
físico y trauma emocional que frecuentemente constituyen una
experiencia insoportable. Cada uno de estos métodos merece
un análisis más profundo.
La
quimioterapia
La
quimioterapia ha tenido éxitos dramáticos en el tratamiento
de cánceres de la linfa y las células
de la sangre: las leucemias, los linfomas, y la enfermedad de Hodgkin
(un tipo de cáncer de la linfa). Estos cánceres
se tratan mediante la quimioterapia combinada en la que se utiliza
un "cocktail" de varias drogas tóxicas diferentes
al mismo tiempo. Estos cocktails, cuando han sido precedidos por la
cirugía y la radioterapia, han alcanzado índices de
curación significativos, principalmente en el caso de tipos
raros de tumores sólidos tales como el coriocarcinoma.
La
clínica Janker en Bonn, Alemania, es famosa por sus tratamientos
con quimioterapia de corto plazo, alta dosificación, normalmente
administrada durante un período de una o dos semanas. Los informes
publicados (aunque no científicos) adjudican a la clínica
un índice increíble del 70 por ciento en remisiones
y curas en pacientes que tenían cánceres
con una amplia metástasis. Esta cifra parece cuestionable porque
la mayoría de los pacientes se dirige a esta clínica
como último recurso, con sus sistemas ya devastados por los
tratamientos convencionales. Los médicos americanos escépticos
dicen que las remisiones duran muy poco tiempo y que cuando el cáncer
vuelve, resulta rápidamente fatal.13 Virtualmente
todas las drogas contra el cáncer aprobadas
por la FDA son tóxicas en las dosificaciones aplicadas y resultan
notablemente immunodepresivas, destruyendo la resistencia natural
del paciente a muchas enfermedades, incluso el cáncer
. La mayoría de estas drogas aprobadas por la FDA
resultan también cancerígenas, es decir, que tienen
una alta probabilidad de producir cáncer
en animales de laboratorio y capaces de causarlo también en
los seres humanos.
Todas
estas drogas resultan venenosas no como efecto colateral sino como
efecto primario, puesto que estos venenos no pueden distinguir entre
las células cancerosas y las células normales, destruyen
o matan a las células normales, saludables de todo el cuerpo
además de atacar al tumor. Atacan la médula ósea,
destruyendo a la vez a los glóbulos blancos cuya función
es combatir la infección; los glóbulos rojos que llevan
el vital oxígeno a los órganos del cuerpo; y las plaquetas
que permiten la coagulación de la sangre. Desafortunadamente,
éstas células del sistema inmunológico constituyen
una parte importante de la defensa propia del cuerpo contra el cáncer .
Los
pacientes sometidos a la quimioterapia, con sus sistemas inmunológicos
completamente destruidos o comprometidos, frecuentemente mueren de
pulmonía o infecciones comunes. La muerte por intoxicación
también es bastante común. En un estudio, 10 por ciento
de los 133 pacientes que usaron la droga oncológica 5-FU (fluorouracilo-5)
murieron como consecuencia directa de la toxicidad de la droga.14
Los doctores se refieren jocosamente a esta conocida droga oncológica
como "Cinco pies abajo". Los pacientes sometidos a la quimioterapia
llegan con todo tipo de enfermedades de la sangre, tales como la anemia
aplásica, en que la médula del hueso ya no puede producir
las células de la sangre; la leucopenia, una disminución
anormal en la cantidad de glóbulos blancos; y trombocitopenia,
una reducción anormal de las plaquetas. Los efectos a largo
plazo de la quimioterapia pueden incluir lesiones al corazón
semanas, meses, o años después del tratamiento; la pérdida
de fertilidad; y un mayor riesgo de reincidencia del cáncer .
La
mayoría de las drogas oncológicas producen cánceres
secundarios, sobre todo del tracto gastrointestinal, ovarios, y pulmones.
Éstos se encuentran entre los cánceres
más difíciles de tratar y pueden aparecer cinco, diez,
quince años después del tratamiento "exitoso"
con quimioterapia. En un estudio se observó que el 18 por ciento
de los sobrevivientes desarrollaron cánceres
no relacionados quince años más tarde. Los siguientes
informes son bastante habituales: "Se sabe que los cánceres
secundarios son complicaciones causadas por la quimioterapia y la
irradiación empleada para tratar linfomas y linfomas de Hodgkin
además de otros cánceres primarios"
(New England Journal of Medicine, 21 de septiembre de 1989). Las drogas
oncológicas que se usaban hace tiempo para tratar el cáncer
ovárico pueden haber resultado tan nocivas como beneficiosas
al incrementar enormemente el riesgo de padecer leucemia... Entre
las mujeres tratadas desde 1960 hasta 1985, el riesgo de leucemia
era 12 veces superior en aquellas pacientes que recibieron quimioterapia
que en aquellas que sólo fueron sometidas a cirugía"
(Associated Press, 5 de enero de 1990). Entre 5 y 10 por ciento de
todos los pacientes que sobreviven a la quimioterapia, luego mueren
de leucemia durante los primeros diez años posteriores al tratamiento,
según el microbiólogo egresado de Harvard, Dr. John
Cairns. Cuando la quimioterapia y la radiación se aplican conjuntamente,
los tumores secundarios se dan en una proporción aproximadamente
25 veces mayor que lo esperable. Esta determinación tan contundente
fue realizada por el Dr. John Laszlo, vicepresidente superior de investigación
de la Sociedad Americana contra el cáncer .
15
La
quimioterapia puede ser uno de los tratamientos más devastadores
física y emocionalmente. La mayoría de las cuarenta
drogas oncológicas en el mercado aprobadas por la FDA producen
calvicie; el cabello puede tardar años en regresar a la normalidad.
Entre otros efectos colaterales comunes se incluyen náuseas
extremas y vómitos, encías sangrantes, llagas alrededor
de la boca, sangrado y ulceración del tracto gastrointestinal,
y cándida (aftas). Muchos pacientes comentan que sienten que
los efectos colaterales les resultan peores que la propia enfermedad.
Numerosas autopsias han demostrado que muchos pacientes mueren a causa
del tratamiento normal que reciben antes de que el tumor en sí
tenga oportunidad de matarlos.16
Los
cánceres que causan la muerte de la mayoría
de los pacientes, los grandes asesinos tales como el cáncer
de mamas, colon, y pulmón no responden a la quimioterapia.
La quimioterapia tiene apenas una efectividad limitada en los tumores
grandes o expandidos; generalmente tiene éxito con los tumores
pequeños, muy tempranos. Diversos estudios indican que la quimioterapia
no posibilita la supervivencia en el cáncer
de mama. "La quimioterapia puede incluso llegar a acortar la
supervivencia de algunos pacientes (con cáncer
de mama) sometidos a este tratamiento", según seis especialistas
oncológicos británicos que escriben para el prestigioso
periódico médico británico The Lancet.17
"Los
médicos generalistas son intimidados a usar regímenes
que ya saben no han de funcionar. Uno de los ejemplos más evidentes
es la quimioterapia, la cual no funciona con la mayoría de
cánceres" decía Alan Levin, Doctor
en Medicina, en una conferencia nacional sobre los abusos en la medicina
realizada en 1985. Profesor distinguido de inmunología en la
Universidad de California, Facultad de Medicina de San Francisco,
Levin agregaba: "A pesar de que la mayoría de los médicos
está de acuerdo con que la quimioterapia resulta en gran medida
ineficaz, se ven coaccionados a usarla por grupos de interés
especiales que tienen intereses creados en las ganancias que produce
la "industria de las drogas". 18 La prescripción
de la quimioterapia, cuando ésta tiene pocas o ninguna posibilidad
de funcionar, "es en el mejor de los casos estúpido y
en el peor de los casos criminal", advierte el Dr. Robert Atkins,
conocido médico dedicado a la medicina complementaria.19 A
pesar de ello, los médicos oncólogos ortodoxos lo hacen
a diario.
La radiación
La
terapia con radiación, o radioterapia, empleada en la mitad
de los pacientes americanos con cáncer utiliza
rayos X de alta intensidad para debilitar la capacidad reproductiva
de las células del cáncer . También
se utiliza radioactividad emanada de implantes artificiales, tales
como las "semillas" de cobalto-60 o radio insertadas directamente
en el cáncer . El problema con la radiación
es que, como en el caso de la quimioterapia, daña a las células
normales y saludables eliminando a su vez las células del cáncer
. La radiación deprime severamente la inmunidad y
puede causar daños cromosomáticos graves tanto a nivel
de las dosis de diagnóstico como terapéuticas. La radioterapia
es un poderoso cancerígeno; provoca cánceres
secundarios en muchos pacientes expuestos a esta terapia. En un estudio,
el 17 por ciento de los pacientes tratados con radioterapia desarrollaron
cánceres secundarios, en el curso de 20 años,
en los sitios expuestos a la radiación.
La
radiación puede lograr la remisión en 5 años
en el 80 por ciento de los pacientes con la enfermedad de Hodgkin
detectada muy tempranamente y además resulta efectiva en el
tratamiento del Linfosarcoma, el cáncer de
próstata localizado no operable, y tumores localizados en la
cabeza, cuello, y cervix. Este tratamiento probablemente resulte preferible
antes que la cirugía en algunos cánceres,
como el de laringe o próstata. En el caso del tratamiento del
cáncer de mama, la lumpectomía combinada
con la radioterapia parece disminuir las posibilidades de reincidencia
en la mama afectada, aunque esto está en disputa ya que pueden
aparecer cánceres posteriores diez años
después de la exposición.
A
pesar de estos éxitos, la radiación parece tener un
valor limitado en el tratamiento del cáncer y a menudo resulta
más nocivo que beneficioso.
Varios
estudios han demostrado que las personas que han sido sometidas a
la radioterapia son más propensas a desarrollar metástasis
en otros sitios del cuerpo. Esto es lo que menciona el Médico
Oncólogo Lucien Israel, consultor del Instituto Nacional contra
el cáncer , en su libro Conquering Cancer (La Conquista del
cáncer ).20 La radioactividad usada para matar las células
del cáncer también puede activar el proceso de mutación
que crea nuevas células de cáncer de otros tipos.
La
radioterapia causa daños y trastornos en los órganos
y tejidos del cuerpo. Diversos estudios han demostrado que no ofrece
posibilidades de supervivencia en la mayoría de los cánceres.
"La mayoría de cánceres",
escribe John Cairns en Scientific American, en su número de
noviembre de 1985, "no se puede curar mediante la radiación
porque la dosis de rayos de X necesaria para matar a todas las células
de cáncer también podría matar
al paciente". Cairns es profesor en la Facultad de Salud Pública
de la Universidad de Harvard.
La
radioterapia aplicada luego de la cirugía en el cáncer
de mama incrementa el índice de mortandad, según varios
ensayos clínicos y un estudio publicado en The Lancet.21 A
pesar de ello, el 50 por ciento de los radiólogos continúan
aplicando radiación a mujeres luego de la cirugía de
mama. "Las complicaciones resultantes por altas dosis de radioterapia
en el cáncer de mama son: pechos fibrosos, reducidos, fracturas
de costilla, cicatrización pleural y/o pulmonar, lesiones en
nervios, cicatrización alrededor del corazón, la supresión
de todas las células de la sangre, inmunosupresión",
según mencionaba Robert F. Jones, Doctor en Medicina, en el
Seattle Times en su publicación del 27 de Julio de 1980. "Muchas
de las complicaciones ocasionadas por la radiación no se hacen
evidentes durante varios años posteriores al tratamiento, dando
al terapeuta y al paciente un falso sentido de seguridad por uno o
dos años después de la terapia .... La médula
ósea, donde se generan las células de la sangre, resulta
considerablemente obliterada en el campo de irradiación ....
Éste es un efecto irreversible".
No
hay mucho acuerdo dentro de la fraternidad médica acerca del
papel apropiado de la quimioterapia combinada con la radioterapia
en el tratamiento de tumores malignos. Las opiniones de los oncólogos
varían entre la aprobación entusiasta y la fuerte oposición.
Como se mencionó anteriormente, las personas sometidas tanto
a la quimioterapia como a la radiación experimentan cánceres
posteriores con una frecuencia veinticinco veces superior a la de
la población en general.
Los
efectos colaterales de la terapia con radiación incluyen a
la inmuno-deficiencia severa y prolongada, además de daños
cromosómicos que producirán cáncer más
tarde. "Incluso la amplicación de dosis muy moderadas
de radiación en los testículos y ovarios pueden causar
la esterilización o inducir a mutaciones genéticas",
advierte el Dr. Israel.22 La radioterapia puede impedir de manera
permanente el crecimiento de los niños. Entre sus otros efectos
colaterales se incluyen:
Náuseas,
vómitos, excesiva debilidad y fatiga, a veces ocasionando a
los pacientes "lesiones o úlceras. . . en la boca, garganta,
intestinos, áreas genitales y otras partes del cuerpo...."
(Sociedad Americana del cáncer , cáncer Book, 1986.).
Las heridas en la boca pueden dificultar la alimentación del
paciente.
Necrosis
de huesos de la boca luego de la irradiación de la lengua,
boca, o encías.
Pérdida
de pelo temporaria o permanente, dependiendo de la dosificación.
Ronchas
y quemaduras extensas de la piel y las membranas mucosas.
Dilatación
permanente de pequeños capilares y arterias debajo de la piel
en pacientes que presentan una amplia área de irradiación,
como en el caso del cáncer de mama.
Amenorrea
en las mujeres próximas a la menopausia expuestas a apenas
400 rads de radiación. (Rad significa "dosis de radiación
absorbida" la cual constituye la unidad básica de radiación
ionizante)
"Ulceras
rectales, fístulas, ampollas ulceradas, diarrea, y colitis"
en "mujeres sometidas a la radiación de la cavidad pelviana.
(ACS, cáncer Book, 1986.)
Hinchazón
de tumores después de una sola dosis grande de radiación.
Esto es especialmente peligroso en los tumores cerebrales. Los pacientes
pueden recibir corticoesteroides a fin de prevenir este efecto.
Muchos
médicos creen que la radioterapia es relativamente inofensiva,
de modo que siguen recomendando a sus pacientes este tratamiento altamente
lucrativo, como un paliativo. Pero aún los niveles "seguros"
de radiación son sospechosos. Los primeros estudios realizados
en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York demostraron
que la radioterapia era mortal y que los pacientes que no recibieron
radiación vivieron mucho más tiempo que aquéllos
que sí fueron irradiados. Estos y otros hallazgos similares
fueron presentados al Congreso en 1953 en el famoso Informe Fitzgerald
donde se acusaba al establishment médico de conspirar activamente
para eliminar terapias alternativas prometedoras contra el cáncer .23
Pero estos importantes estudios fueron ignorados, y la industria de
la radioterapia siguió su camino. "Durante 30 años
los radiólogos de este país han estado involucrados
en una mala praxis masiva" acusaba el Dr. Irwin Bross en 1979.24
Bross, ex director de bioestadística del Roswell Park Memorial
Institute, no logró conseguir los fondos necesarios para investigar
el encubrimiento realizado durante treinta años de lo que él
denomina "cáncer médico por radioterapia".
La
cirugía
La
cirugía a veces es un requisito vital en el tratamiento del
cáncer . Resulta eficaz como cura de tumores
tempranos, pequeños que no se han extendido a otras partes
del cuerpo. Por ejemplo, la cirugía logra una sobrevida de
cinco años en aproximadamente el 70 por ciento de los cánceres
uterinos, en el 85 por ciento en los cánceres
de piel, el 60 por ciento de los cánceres
de mama, y en el 40 por ciento de los cánceres
de colon. Pero una vez que el tumor ha crecido más allá
de cierto tamaño o se ha extendido a otros sitios, resulta
frecuentemente inoperable. No existe una manera confiable de decir
si un tumor está localizado o ha producido metástasis.
En el cáncer de mama en su fase temprana,
el 30 por ciento o más de las mujeres que han recibido un pronóstico
favorable después de la cirugía experimentan la reincidencia
del cáncer , según las últimas
cifras proporcionadas por el Instituto nacional contra el cáncer
.25
Los
cirujanos habitualmente dicen a sus pacientes oncológicos,
"lo extirpé todo", pero muchos estudios han demostrado
que algunas células de cáncer quedan en 25 a 60 por
ciento de los pacientes, permitiendo de este modo la reincidencia
de crecimientos malignos. Según numerosos médicos, la
cirugía es a menudo responsable de la expansión del
cáncer . Un error microscópico o un descuido en la manipulación
del tejido del tumor por parte del cirujano puede esparcir literalmente
millones de células cancerosas en el torrente sanguíneo.
La biopsia quirúrgica, un procedimiento utilizado para detectar
el cáncer en su fase temprana, puede también contribuir
a la expansión del cáncer . "A menudo durante la
biopsia de un tumor maligno se lo corta transversalmente lo cual tiende
a extender o acelerar su crecimiento. Los mismos resultados trágicos
se pueden observar en las biopsias realizadas con agujas," observaba
el Dr. William Kelley.26
La
cirugía debilita la inmunidad, produce una enorme tensión
sistémica al paciente, y puede causar la muerte súbita.
Muchos pacientes de cáncer han fallecido en el quirófano,
o poco después de salir de la operación, a causa de
las complicaciones de la cirugía. Algunas operaciones quirúrgicas
se realizan inútilmente. "Aunque se ha demostrado de manera
concluyente que la excisión del nodo linfático después
de la radiación no previene la expansión del cáncer
cervical, habitualmente se siguen realizando linfadenectomias en todo
el país. Esto a pesar del hecho de que las linfadenectomias
hacen que las mujeres se sientan tan mal que prefieren la muerte,
y de que se ha demostrado que constituyen un procedimiento probadamente
inútil. 27
El dolor, la desfiguración, y la restricción de la función
acompañan frecuentemente a la cirugía. Muchos pacientes
de cáncer quedan debilitados, lisiados, traumatizados, o humillados
después de la operación. Un número sorprendente
de pacientes oncológicos "curados" ha visto sus vidas
estropeadas a causa de una cirugía "exitosa". Por
todos estos motivos, cortar el cuerpo no es la respuesta final al
cáncer .
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Referencias
1.
Gary Null "Medical Genocide Part 16," Penthouse, 1987, citado
en Barry Lynes, The Healing of Cancer (Queensville, Ontario: Marcus
Books, 1989), p. 10. .
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Scientific American, noviembre 1985.
3. W.H. Cole, "Opening Address: Spontaneous Regression of Cancer
and the Importance of Finding Its Cause," Conferencia sobre Regresión
espontánea del cáncer , EEUU. Ministerio de Salud Educación
y Bienestar Social, Servicio de Salud Pública, Institutos de
Salud Pública, monografía 44, Ministerio de Salud Educación
y Bienestar Social Pub. No. (NIH) 76-1038, 1976, pp. 5-9.
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1983), pp. 323-324. .
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Regression of Cancer: An Initial Computer Analysis," Publicación
Internacional de Investigación Biosocial Research, vol. 10,
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op. cit. .
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the American Cancer Society's 11th Annual Science Writers' Conference,
Nueva Orleans, Louisiana, 7 de marzo 1969, publicado en The Choice,
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9. Robert Houston, Repression and Reform in the Evaluation of Alternative
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10. Ralph Moss, The Cancer Industry (New York: Paragon House, 1989),
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Congreso de EEUU, Oficina de Evaluación Technológica,
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13. Ken Wilber, Grace and Grit: Spirituality and Healing in the Life
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15. John Laszlo, Understanding Cancer (NewYork:~ Harper and Row, 1987).
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21. Jan Stjernsward, "Decreased Survival Related to Irradiation
Postoperatively in Early Operable Breast Cancer," The Lancet,
30 Noviembre 1974; y Mark Fuerst, "Doctors Persist With Outmoded
Cancer Therapies," Foro sobre cáncer , vol. 9, no. 7-8,
Winter 1988-1989, p. 11. .
22. Israel, op. cit., p. 95. .
23. Ben Fitzgerald, Congressional Record, 28 de agosto 1953; y ver
Lynes, op. cit. .
24. Citado en Moss, op. cit., p. 72. .
25. "Primary Treatment Is Not Enough for Early Stage Breast Cancer,"
Actualización, Instituto Nacional del cáncer , Oficina
de Comunicaciones sobre cáncer , 18 de mayo 1988. .
26. William D. Kelley, Dr. Kelley's Answer to Cancer (Winthrop, WA:
Wedgestone Press, 1986), p. 11. .
27. Patrick McGrady, Jr., "The Cancer Patient's Quandary,"
Townsend Letter for Doctors, no. 16, Junio 1984, p. 99.
Gracias
Axel Makaroff
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