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Sábado 23 de septiembre de
2006
Tendencia en medicina:
Aumentan atenciones a
la salud basadas en la hipnosis
AMALIA TORRES
Anestesistas, odontólogos, enfermeros y
sicólogos reconocen cada vez más los beneficios de esta
técnica para disminuir la ansiedad y ayudar a evitar los
dolores.
AMALIA TORRES
Parece moda.
Debido a la alta demanda, este año no sólo se duplicará la
cantidad de alumnos en el Diplomado de Hipnosis, dictado bajo
el alero de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Valparaíso. El último número de la revista "Horizonte", de la
Escuela de Enfermería de la Universidad Católica, le acaba de
dedicar un artículo a la hipnosis clínica en el cuidado del
paciente con cáncer, y la próxima semana la Sociedad Chilena
de Odontopeditaría realizará una conferencia al
respecto.
Nada mal para una técnica que suele asociarse
con ilusionistas de programas de televisión. "Los shows del
estilo Tony Camo son pésimos. La gente termina creyendo que
eso es hipnosis, pero es sólo un aspecto. Además, cuando la
persona que la practica no es un profesional de la salud que
sabe técnicas de contención, al introducirse al inconsciente
del paciente puede dejarlo con problemas mayores, incluso
teniendo que ir al psiquiatra", explica el odontólogo Ricardo
Voss, quien ha dictado más de 200 cursos sobre la hipnosis en
el país.
En trance
Ya no se trata de un péndulo
oscilante, como se usaba antiguamente. Ahora la sesión más
bien parece una simple charla: las prácticas actuales permiten
que focalizando la atención en algún elemento, como la voz del
médico, un punto en el techo, la propia voz del paciente o su
imaginación, se pueda llegar a la hipnosis.
Pero ese no
es el único cambio. Hoy los usos de la hipnosis van desde
paliar los dolores crónicos y agudos, lograr un parto natural,
evitar la enuresis infantil (mojar la cama), dejar el tabaco,
aprender a enfrentar situaciones de estrés, atacar
enfermedades sicosomáticas y las fobias, sin contar que
ayudaría en los tratamientos contra la obesidad.
El
anestesista Sergio Opazo usa la hipnosis, aunque siempre de
manera complementaria. "He tenido resultados buenísimos.
Cuando se aplica antes de la operación, ayuda a evitar las
molestias dolorosas del posoperatorio y a disminuir las
náuseas y vómitos".
Además, como él trabaja en
fertilización asistida, le ha servido para calmar la ansiedad
de muchas pacientes. "Gracias a esto, también he mejorado mi
relación médico-paciente. Me interesan sus problemas, aunque
sea en el tiempo breve que uno tiene como anestesista",
admite.
A María Magdalena Monsalves le detectaron
cáncer de mama en 1999 y aunque la radiación a la que fue
sometida fue todo un éxito, ella se quejaba de un dolor
intenso que seguía afectándole el brazo y la mama. "Tenía tan
sensible esa zona que no me podía ni tocar, y mi brazo se
hinchaba", cuenta.
Desesperada, el año pasado se
sometió a un tratamiento de hipnosis guiado por el enfermero
Erik Álvarez.
4, 3, 2, 1, 0. Al llegar al cero en su
cuenta regresiva, María Magdalena entraba en trance. "No es
que me durmiera, estaba consciente, escuchaba lo que me
decían, pero no podía moverme ni abrir los ojos. Los sentía
pesadísimos". Mientras ella estaba en ese estado, Álvarez
repetía que el dolor iba a desparecer.
"Fueron cinco
sesiones y desde ahí no he vuelto a sentir dolor en esa zona.
Para mí fue fantástico y por eso se lo he recomendado a varios
pacientes".
¿Cómo puede ser posible? "Una buena técnica
para el dolor es la disociación. Con ella la persona logra
llevar su mente a otro lugar y evitar el dolor", dice el
doctor Voss.
"Para que a los niños no les dé miedo
cuando les sacan sangre, por ejemplo, les digo que se imaginen
que su brazo es una barra de hierro y que lo ponga duro, así
manejo la disociación", ejemplifica el sicólogo Raúl Carvajal,
quien trabaja la hipnosis con niños en el hospital Calvo
Mackenna y en su consulta.
Verdaderos y
falsos
Durante el trance el paciente no se duerme, se
relaja.
La persona sí recuerda lo que pasó durante la
hipnosis.
El hipnotizado no puede actuar contra su
voluntad. "Aunque la hipnosis sea profunda, siempre hay una
parte del hemisferio izquierdo del cerebro, al que se le
llamaba observador oculto, que está vigilando todo. Por eso
cuando hay una acción reñida con la ética o moral del
individuo, la persona se sale del trance", explica el doctor
Ricardo Voss.
DIFERENCIAS
NO TODAS las personas
son igualmente susceptibles de ser hipnotizadas: la genética y
el ambiente juegan roles esenciales.
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