|
|
Sábado 22 de julio de 2006
Experiencia nacional y
extranjera: 90% de
diabéticos mejora luego de un bypass gástrico
Paula Leighton N.
Ningún otro tratamiento produce resultados
tan durables y completos para revertir o controlar la diabetes
tipo 2.
Paula Leighton N.
Además de
obesidad severa, Leslie Middleton tenía un diagnóstico de
diabetes tipo 2 cuando en octubre pasado entró a pabellón para
hacerse un bypass gástrico. "Mi glicemia en ayunas era de 260,
cuando lo normal es entre 90 y 110; tomaba dos fármacos al día
y la dieta especial que llevaba me traía problemas en el
trabajo y era difícil de respetar cuando estaba fuera de mi
casa. Además, el médico me había advertido que la diabetes
podría provocarme infertilidad y una serie de otros
trastornos", recuerda.
Sin embargo, desde el mismo día
en que salió de pabellón, Leslie suspendió por completo los
fármacos. "En marzo, para mi último control, tenía la glicemia
y la hemoglobina glicosilada en niveles completamente
normales. Mi médico me dijo 'te felicito, ganaste 15 años de
vida'".
Su caso no tiene nada de milagroso. El doctor
Álex Escalona, jefe del Programa de Cirugía de Obesidad del
Hospital Clínico de la U. Católica, destaca que "la diabetes
desaparece en el 90% de los pacientes diabéticos tipo 2 que se
someten a un bypass gástrico para tratar su
obesidad".
Beneficios para todos
Estos
resultados son sorprendentes, agrega Escalona, porque "nunca
en la historia de la medicina una terapia oral, con insulina o
trasplante, ha logrado que un diabético deje de serlo. La
persona puede mantenerse controlada por años con dieta,
fármacos orales y/o insulina, pero en general todos están
expuestos a complicaciones a largo plazo, como pérdida de
visión, infartos o insuficiencias renales, entre
otros".
Con el bypass gástrico, sin embargo, incluso el
10% que no logra eliminar la diabetes, de todos modos se
beneficia, porque su glicemia baja a niveles que le permiten
reducir de manera importante su dosis de
fármacos.
Según el doctor Escalona, estos hallazgos
hacen que si un diabético tiene una obesidad severa o mórbida
(con un Índice de Masa Corporal de 35 o más) y califica para
cirugía, "el bypass sea la alternativa que más lo va a
beneficiar en comparación con otras, como la banda gástrica o
la gastrectomía en manga".
La razón es que los
excelentes resultados que se ven en pacientes diabéticos no se
deberían sólo a la pérdida de peso y la reducción en la
ingesta de nutrientes, sino a la desviación del tránsito de
los alimentos en el tubo digestivo.
Tras el bypass,
éstos dejan de pasar por una zona donde se secretan hormonas
que ordenan reducir la producción de insulina, con lo que
aumenta la glicemia. "Al hacer el bypass se reduce la acción
de esas hormonas y, además, los alimentos llegan más
rápidamente a la zona iliodistal del intestino, donde se ha
descubierto que se producen otras hormonas que estimulan la
secreción de insulina y, por lo tanto, bajan la
glicemia".
Aunque la propia Leslie prefiere pensar que
su diabetes no desapareció y que "podría resurgir cuando tenga
50 años, aunque nunca con efectos tan nefastos", la literatura
médica muestra que esos casos son pocos.
Un estudio de
la Universidad de East Carolina (EE.UU.) siguió a 600 obesos
mórbidos que se operaron en 1980. De ellos, 52% tenía diabetes
2 o era intolerante a la glucosa, lo que se considera un
estado de prediabetes.
Los investigadores destacan que
tras la operación, "el 91% de ellos consiguió niveles normales
de glicemia y hemoglobina glicosilada, mientras que sólo el 9%
siguió siendo diabético". Y 14 años después de la cirugía, el
83% de los pacientes mantenía el metabolismo de la glucosa a
niveles normales.
Nuevos fármacos
Si bien la
cirugía ha demostrado curar la diabetes tipo 2 en pacientes
con obesidad severa o mórbida, ¿es posible pensar en una
alternativa quirúgica para diabéticos que no son
obesos?
La idea no parece descabellada. De hecho, dice
el doctor Carlos Carvajal, cirujano digestivo de Clínica Las
Condes, "hace algunos meses en un editorial de la revista 'New
England Journal of Medicine' esto se planteaba como un camino
a explorar, aunque falta mucha investigación para saber si
sería viable".
Mientras, la industria farmacéutica no
se ha quedado dormida. Basándose en el hallazgo de hormonas
que regulan la secreción de insulina, actualmente se investiga
una nueva clase de fármacos para tratar la diabetes tipo 2.
Éstos se conocen como "simuladores de la incretina" y tienen
la ventaja de que fortalecen la habilidad natural del propio
organismo para reducir sus niveles de glucosa.
Para
esto, prolongan la acción de las hormonas del tracto digestivo
encargadas de regular la secreción de
insulina.
Estudio
Para los diabéticos con un IMC
menor de 35, la banda gástrica podría ser una alternativa,
plantean en el Centro de Nutrición y Cirugía Bariátrica de
Clínica Las Condes. Para comprobarlo, en agosto iniciarán un
estudio con 40 pacientes con IMC de 30 a 35 y una historia
reciente de diabetes. "Tras operarlos, haremos un seguimiento
de 18 meses para ver qué impacto se logra con esta técnica",
explica la nutrióloga Verónica Álvarez. Se espera, dice, que
en el 65% de los casos la diabetes desaparezca y en el 24%
mejore.
INSULINA La diabetes tipo 2 impide al
organismo usar la insulina que produce. El 80% de estos
pacientes tiene sobrepeso.
|
| |
|
');
|